Ingredientes:
310 gr. de harina.
175 ml. de agua templada.
20 gr. de levadura fresca.
Una cucharada de aceite.
Una cucharada de sal.
Preparación:
Tamizamos la harina. Disolvemos en el agua toda la levadura, junto con una cucharada de la harina, y dejamos reposar 15 minutos. Pasado este tiempo le añadimos el aceite
A continuación ponemos la harina en un bol, le añadimos la sal y la preparación anterior.
Removemos con una cuchara de madera. Espolvoreamos un poco de harina en nuestra superficie de trabajo, y volcamos la masa encima, para empezar a amasar, durante 5 minutos.
Cuando esté bien amasada, la ponemos en un bol, tapada con un paño. Debemos dejarla reposar así durante una hora.
Transcurrido el tiempo, volvemos a amasar otros 5 minutos, damos forma a la masa y hacemos un par de cortes en cruz. Dejaremos reposar de nuevo hasta que doble su volumen (tardará otra hora).
Solo nos queda meter en el horno a 230º C durante 40 minutos, hasta que adquiera el color deseado.
La corteza es firme y crujiente:
Como veis, la miga es muy blanca y esponjosa:
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