250 ml. de agua.
375 g. de harina.
3/4 de una cucharadita de sal fina.
Una cucharadita de levadura de panadería seca.
Sémola de trigo (no es imprescindible).
Una clara de huevo.
Preparación:
Ponemos la harina con la levadura y la sal en un cuenco. Añadimos el agua tibia y removemos hasta que empiece a despegarse de las pareces del recipiente. Pasamos la masa a la mesa de trabajo, previamente enharinada, y amasamos durante 10-15 minutos, hasta que quede una masa elástica y flexible. Durante el amasado, estiramos la masa de vez en cuando, y volvemos a unir los dos extremos.
Pasamos la masa a un bol untado con aceite, lo tapamos con film y dejamos reposar unos 40 minutos (hasta que doble su volumen). Pasamos de nuevo la masa a la mesa enharinada, y apretamos con los nudillos para sacar el aire que pueda contener.
Lo tapamos con un paño y lo dejamos reposar 10 minutos más.
Pasado este tiempo dividimos la masa en dos y le damos esta forma:
Luego enrollamos esta lámina sobre sí, para formar un rollito alargado. Cerramos las puntas del rollo para que no se abran al hornearlo.
Ponemos un papel para hornear en nuestra bandeja de horno, ligeramente engrasada y con una capa fina de sémola (ni no tenemos, ponemos harina normal). Este tipo de harina se utiliza para que el resultado del baguette sea más crujiente.
Batimos la clara de huevo con una cucharadita de agua, y pintamos con esta mezcla los baguettes.
Cubrimos con un paño y dejamos que fermente 40 minutos (hasta que doble su volumen).
Con un cuchillo afilado haremos tres cortes, y hornearemos a 190º C durante 30 minutos.
Sacamos del horno y pintamos de nuevo con esta mezcla, para después volver a hornearlas otros 10 minutos más. Las dejaremos enfriar sobre una rejilla.
¡Ya están listas para prepararnos nuestro bocadillo!
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